viernes, 23 de marzo de 2012

Una razón para odiar el iPhone

El otro día me llamó un amigo. Es el encargado de organizar un concierto en el que toca mi banda, y necesitaba el número de teléfono del guitarra y otro par de miembros. No tenía dónde apuntar en ese momento, así que me pidió que se los enviara en un mensaje de texto. "Hombre, cómo no, ningún problema." le dije. No habría habido ningún problema si mi teléfono no fuese un iPhone.

Abrí, pues, la aplicación para mandar mensajes, elegí a mi amigo como destinatario, y me dispuse a desencadenar el proceso por el cual un cándido usuario de iPhone incluye el número de teléfono de uno de sus contactos en un mensaje de texto. Sin embargo, por más que lo intentaba, no encontraba esta opción. Perplejo, decidí buscar la respuesta en internet. Quedé estupefacto cuando supe la verdad. El iPhone, simplemente, no permite añadir el número de un contacto a un mensaje de texto.

Antes de tener esta burla de aparato, tenía el móvil que veis en la imagen. Ahora mismo cualquiera lo consideraría un artilugio prehistórico, pero cuando necesitaba mandar un número de mi agenda en un SMS, cumplía.

Mientras buscaba la solución a mi problema, hice más averiguaciones sobre las carencias del iPhone. Algunos decían: "Si tienes el firmware 3.x o superior, puedes copiar el número y pegarlo en el mensaje." ¿Perdón? ¿Los primeros iPhones ni siquiera podía hacer eso? ¿No incorporaban ni el copia-pega? ¿Y las apps venían en tarjetas perforadas, o qué?

Quieto ahí, fan de Apple. Sé lo que estás pensando, pero ya sé que el iPhone permite incluir contactos en un mensaje. El problema es lo que hace el iPhone exactamente cuando decides emplear esa función. En primer lugar, no lo puedes hacer desde la aplicación de mensajes. Tienes que salir, abrir la agenda y, desde ahí, seleccionar un contacto y "compartirlo". Pero, cuando lo haces, esto es lo que pasa.



Si ya estabas escribiendo el mensaje, el contacto no se inserta, si no que se crea un nuevo, no deseado y carísimo MMS que contiene el contacto.

Decir que contiene el contacto es un eufemismo. Lo que ocurre realmente es que aparece una burbuja verde con el nombre de la persona en cuestión en la región de texto del mensaje. ¿Que ocurrirá si mando ese mensaje? ¿Le enviaré a mi amigo una burbuja verde? No quiero spamear a mis amigos con burbujas verdes. Desde luego, no tiene pinta de que el solicitante vaya a recibir los números que necesita. Para probar, decidí intentar mandárselo a mi novia (que es lo suficientemente intleligente como para no tener un iPhone) y lo único que conseguí fue un mensaje de error. Parece ser que si y sólo si el destinatario del mensaje tiene un iPhone, el contacto se añadirá a su agenda. Si no, mensaje de error. Rayos.

Todavía me cuesta creer que un aparato tan venerado carezca de funciones tan elementales como esta. Anuncian el nevo iPhone como "El mejor iPhone hasta la fecha." Probablemente lo sea, si es capaz hacer algo que los ladrillos de hace 10 años contaban entre sus funciones.

Al final, apunté los números en un papel, y los escribí en el mensaje.

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